Renée me contactó porque quería agrandar la cocina “tiene poca mesada” me dijo, y “le quiero cambiar el look”.
Esta cocina no era en realidad tan chica como parecía. Su principal inconveniente era la mala distribución del espacio.
Analizando el plano general del departamento noté que, cambiando las circulaciones, se podía aprovechar al máximo el potencial del espacio redistribuyendo y rediseñando.
La decisión más importante fue la de cambiar la ubicación de una puerta, que comunicaba la cocina con el hall de los dormitorios, para que comunicara directo con el comedor principal. Como allí vivan solo 2 personas, se dieron cuenta que realmente no utilizaban, ni necesitaban, esa doble circulación, y aceptaron mi propuesta.
El siguiente desafío fue integrar la columna al mueble de cocina, agregando una barra que funcionaba tanto de desayunador, como de mesada. De esta manera los metros de mesada que tanto necesitaba Renée se multiplicaron exponencialmente.
El estilo y los detalles los tenía muy en claro. Quería que sea moderna, luminosa, aunque le gustaba el negro, y con un toque sofisticado, que no hubiera juntas ni uniones en la mesada, y que la unión con el alto-mesada fuera redondeado, para mayor facilidad en la limpieza.
Para lograr estos objetivos fue muy importante la elección de los materiales.
Optamos por laqueado negro brillante para los muebles. Para la mesada y alto-mesada, elegimos corian blanco por su gran ductilidad en la instalación, permitiendo que las aristas y ángulos fueran redondeados, logrando también un tratamiento monolítico en toda su superficie, incluida la columna, que la revestimos completamente en el mismo material para intégrala visualmente al conjunto.
El resultado fue una cocina muy espaciosa, luminosa y con mucha personalidad.
Y nos quedamos todos con la satisfacción de los objetivos 100% cumplidos!
Al poco tiempo se mudaron a una casa antigua y me llamaron para realizar la remodelación integral de su nuevo hogar. Pronto les contaré también sobre ese hermoso proceso de diseño.
